jueves, 28 de julio de 2011

La visita esporádica de un ánima.


Cada quien tiene su espacio, su tiempo, su lugar,
y lo sabes.
Cuando aun no salimos del despertar
se presenta de manera fugaz
la más tierna de las ánimas,
aquella que una vez te alegró el alma
y que hoy la tragedia la vuelve esperanza.

Corre el viento sigiloso por nuestra ruta,
sin trastocar nada,
sin mover un solo cabello de ti,
aquellos rizos castaños que cubrieron
la impaciencia de descubrirte.

Aguardamos.
Esperamos.
Todo queda en un solo reflejo,
tal vez tácito
tal vez invisible.
Lo bueno es que la tenemos bien hospedada
y su espontaneidad es compartida.

Tanto como ya sabes cuando, dónde y cómo....

Tanto que ya no es visita,
vino para quedarse.



**FiN**

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