Contemplo tu interior
en cada sílaba de tu voz,
el espacio se reduce a ésto:
tus gafas, tu pelo, tu silencio.
Lees mis palabras,
coincides en el rumbo;
veo más allá de reflejos
más allá de tu cuerpo.
Donde la armonía te goza,
se divierte deleitándose;
hoy mi corazón te mantiene presa...
y tú tan astuta,
tan etérea.
Un diálogo de ensueño
envuelto en risas de plata;
miradas imantadas
alucinadas de encanto.
Bebemos de deseos,
de intelecto, de pasatiempos;
la tranquilidad es nuestra fiesta,
un arte placentero.
Mi armonía por fin te goza,
se divierte con tu deleite;
mi corazón te resguarda..
y tú tan astuta... tan etérea..
tan perfecta.
Cuentos de madrugada
de finales abiertos,
dulzura espontanea
difícil de cautivar.
Fin
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