La sonrisa nunca pudo quedarse en la orilla
cuando más alegría llegaba y menos
razón se asomaba.
Nadie me explicó que hacer después,
que no siempre el cielo estaría de colores
ni la risa de su rostro
desaparecería por buen tiempo....
La ilusión del primer momento, del primer minuto,
de la primera despedida
de la maratónica llamada,
de la primera cena y el primer regalo,
se desvanecen por letargo,
por costumbre y rutina
por algo que no nos enseñaron y que solo
la tortura te puede enseñar.
Puede ser cansancio
o algún tipo de falta de ánimo...