Que no acabe la noche
apriétame y que los minutos corran como horas,
el dolor no existe en ese presente,
se esfuma con el deseo de continuar
y que la llovizna cubra una despedida
que se hace eterna.
No se enciende ninguna luz
ni un sonido se interpone,
el tiempo es tal vez el enemigo imperfecto;
apriétame y no me iré,
el dolor esta vez no sentiré...
cualquier rasguño llegará e igual
no me iré.
Prendido de tus comisuras
en cada minuto eterno,
la noche fría no fue...
quizá el calor de sentirme apretado
a tu encanto labial
opacó el gélido amanecer.
Apriétame y no me iré,
que sea una muda noche
y solo se sientan tus rasguños....
sabes que apretado estaré.
**FiN**
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