Tu historia me pertenece,
las pinceladas que figuran tu ausente persona.
Afuera tambalea el equilibrio,
la ansiedad gotea sin tregua segura.
El clima dispara sonido dispares,
espera tu presencia...
que el silencio fallezca en la armonía
incierta que provoque tu dulzura.
Las personas van y vienen,
tu familia es la que permanece.
Sientes el calor de una risa,
mi tibia mano en tu colina,
el sonido grave de mi calma...
el brillo ocular de tu mamá.
Una espera merodea en tu paisaje,
las paredes aún te retienen.
La luz quizá se refleja en una emoción,
sentida en vibraciones
orbitando en tu pequeña guarida.
Te espera una pradera escondida,
estrechos caminos de bienestar
y pesar,
un paraíso disfrazado de muladar.
Las quejas de lo establecido,
la vitrina bañada en trivialidad,
actores que sonríen sin alma
y una gama de colores que
se tiñen de gris al caer;
una vida tomada de mi mano,
siguiendo el sonido que ya conoces,
para ver el mundo que te espera.
*FiN*